Habitación de sueños
Sharon Olds
Terminar en una vieja habitación de hotel
con los propios hijos casi adultos, que están durmiendo, es una forma
del Edén. La que está en la segunda cama
duerme con dos almohadas -Yo no sabía eso.
El que está en el sofá, debajo de una manta
de algodón, tiene aquí y allá cuando se da vuelta
el peluche que la hermana le acaba de regalar
para sus veinte años. Yo deambulo en la
penumbra, preparándome para dormir, al acecho
de mi felicidad. Soy como alguien del pasado
con permiso para volver, estoy con nuestros queridos hijos,
están soñando, a salvo. Tal vez sea especialmente como
el Edén ya que ésta es mi costa natal,
huele como los primeros años de mi vida,
niebla, plumeria, eucaliptus, está
rota la alianza asesina de mi familia,
está detenido dentro de mí el mecanismo complejo
que transmitió ese movimiento. Cuando apago las luces y me acuesto,
siento como si estuviera en el vértice de un triángulo, y después, con un giro
Copernicano, siento que el vértice es mi hija,
Y después mi hijo, yo soy esa figura de fondo, esa
figura de origen madre. No somos,
estrictamente hablando, mortales. Arrojamos
seres amados al futuro. Me duermo,
viviendo brevemente para siempre
en el cuarto con nuestro hijo y nuestra hija.